heladerias

Heladerias

El verano incita a entrar en las heladerías. Estos establecimientos comerciales son un escaparate de refrescantes helados, que nos ayudan a minimizar los efectos del calor. ¿Quién no se ha refrescado alguna vez, saboreando un delicioso helado? El helado, además de moderar el calor de nuestro cuerpo, nos aporta placer gustativo. Las heladerías ofrecen un gran abanico de colores y sabores, en forma de cremas heladas para consumir en tarrina, cono, o copa de cristal.

Estos lugares muestran sus productos a través de mostradores transparentes, que permiten al cliente elegir adecuadamente su sabor favorito, entre una multitud de ellos. Pequeños letreros asignados a sus respectivas variedades, indican las posibilidades de sabores que la heladería ofrece. La primera heladería oficial es la que fundó en 1686, el siciliano Francesco Procopio de Coltelli en París, conocida bajo el nombre de Café Procope. Éste se hizo famoso por sus helados y café. Fue un lugar de grandes conversaciones culturales. Diderot era un asiduo de este lugar. ¿Sería por sus helados? Originariamente, los helados eran de sabores básicos, como los de vainilla, nata, y chocolate.

Poco a poco, se han ido sofisticando y adaptando a los tiempos de hoy.

Actualmente, las heladerías apuestan por sabores más cremosos y singulares. Aunque aún gustan los sabores más tradicionales, la gente se atreve a probar otras variedades, como las que llevan agregados a modo de trozos de chocolate, nueces, frutas, o frutos secos. La industria del helado ha ido, por lo tanto, creciendo, ofreciendo alternativas al paladar de los amantes del helado. El verano es la estación ideal, para que las heladerías hagan caja. Gran parte de sus ingresos se producen en ese momento. Es cuando deben hacer el agosto para subsistir el resto del año, mucho menos solicitadas. Y es que el consumo de helado va unido a verano, calor y vacaciones. Eso lo saben bien las heladerías.

El invierno es, por lo tanto, el gran enemigo de estos comercios.

Sin embargo, hace unos años, otro depredador acecha a las heladerías. Y es la venta de helados en los supermercados, a precios muy ventajosos. Otro gran enemigo para los heladeros. Se ha visto nítidamente en la acusada reducción de puestos callejeros de quita y pon, o en la casi total desaparición de heladerías ambulantes. Está claro que las grandes superficies han dañado el nivel de venta de las heladerías. Aún así, subsisten por la gran variedad de sabores, y el trato personal y amable con sus clientes. No perdamos la buena costumbre de consumir helado de las heladerías, mucho mejor que los adquiridos en supermercados. Nuestro paladar lo agradecerá.


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