Las peluquerías son establecimientos de estilismo capilar. ¿Necesita un cambio de imagen, o simplemente cortarse el pelo para sanearlo? Las peluquerías son el lugar idóneo para conseguirlo. Allí se le aconseja si tiene dudas, sobre el estilo que más le favorece a su rostro. Los peluqueros tienen en cuenta la forma de nuestra cara y sus facciones, para crearle la imagen más favorecedora. Hay un corte de pelo para cada corte de cara.
¿Tiene el rostro redondo, angular, ovalado, o más bien cuadrado?
Su peluquero le creará un estilo en función de ello, para realzar las partes más escondidas, y camuflar aquello que afea nuestra imagen. Si, por el contrario, no desea tomar tanto riesgo por miedo al cambio, puede simplemente sanear las puntas de su melena, y conservar su estilo de siempre. Las peluquerías, además de ofrecer servicios capilares diversos, como el lavado, el corte de pelo, el tinte, las mechas, las permanentes y los moldeados, el alisado y el peinado final, ofrecen también otro tipo de servicios estéticos. Así pues, muchas peluquerías, para ampliar su clientela, facilitan el acceso al afeitado, a la depilación con cera, a la manicura y pedicura, y al maquillaje. En estos casos, estos locales suelen adoptar el nombre de «salones de belleza». Es interesante saber que los primeros cuidados capilares remontan a los egipcios.
Es en Egipto donde, efectivamente, se empezaron a realizar cambios en la cosmética capilar.
Empezaron a pelarse la cabeza, excepto los sacerdotes y los gobernantes, que se dedicaban más bien a crear con su cabello diferentes peinados, y a darle otras tonalidades. Se pusieron de moda las pelucas, y el peinado más característico era el pelo lacio con flequillo, que llegaba por los hombros y cortado muy recto. Los egipcios fueron además los pioneros en coloración, ya que descubrieron las propiedades de la henna. Ésta daba tonos rojizos y caobas a sus pelos. Todo ese nuevo estilismo capilar se ha ido integrando en las diferentes sociedades, a lo largo de la historia. De ahí la importancia que le damos, hoy en día, al cuidado de nuestro cabello.
Las peluquerías se han convertido en un lugar imprescindible de belleza capilar.
Mujeres y hombres acuden con asiduidad. Normalmente las peluquerías siempre se han dividido por sexos, habiendo peluquerías para mujeres, y otras para hombres. Éstas, muchas veces, se denominan «barberías» porque arreglan las barbas y bigotes de los hombres, o los afeitan con brocha y cuchilla. Sin embargo, cada vez más abundan las peluquerías unisex, pudiendo acudir a ellas tanto hombres como mujeres, o incluso niños. Gracias a las herramientas que poseen, las peluquerías consiguen resultados asombrosos. Trabajan nuestros cabellos con peines, cepillos, tijeras, planchas, rulos, bigudíes, tenacillas, pinzas, y secadores de mano o de casco. Múltiples productos son también necesarios para un resultado óptimo, como champús, tintes, mechas, extensiones, lacas, keratina, gominas, etc. Sea cual sea su deseo de imagen capilar, las peluquerías están a su servicio para satisfacerle estéticamente.
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