El gato es un animal bastante independiente

El gato es un animal bastante independiente

El gato siempre ha sido un animal salvaje, como cualquier felino. Pero con el tiempo se ha domesticado, y se ha arrimado al ser humano, siendo la relación entre ambos muy amistosa. Esa relación más cercana viene de los ancestros de los gatos domésticos, que poco a poco fueron dejando atrás su vida salvaje, atraídos por las zonas urbanas plagadas de roedores. Es así que el gato se volvió más confiado con el hombre.

Por razones arqueológicas, se ha deducido que los inicios de la domesticación fue en la isla de Chipre hace unos 9500 años.

Después fueron introducidos en las culturas egipcias, japonesas, chinas y escandinavas. Es exactamente desde el Antiguo Egipto que fueron traídos a Europa, por medio de los comerciantes fenicios hace 3500 años. Los egipcios los utilizaron, en un principio, para acabar con las ratas y los ratones de sus graneros, los cuales eran grandes consumidores de grano. Gradualmente, ocuparon un lugar más importante en la vida diaria de los egipcios. Tanto es así, que llegó a ser considerado un animal sagrado. De hecho, se castigaba con la muerte a los asesinos de gatos. A veces, incluso se momificaban algunos, cuando morían. Sin embargo, durante la Edad Media, su buena fama ya no era tal. Se les asemejaba con las brujas, hasta tal punto que se quemaban vivos, o se arrojaban desde lo alto de edificios durante las fiestas de los pueblos. Estas barbaridades, hoy en día, no se conciben. Se creyó también, que eran responsables de propagar la peste bubónica, por lo que se exterminaron en masa. Esto fue un gran error, puesto que las ratas se multiplicaron, y eran las reales causantes de esta enfermedad. Actualmente, la imagen del gato ha cambiado para bien. Únicamente queda la idea supersticiosa de que cruzarse fortuitamente con un gato negro, es señal de malos augurios. Sin embargo, en el Reino Unido es todo lo contrario. Aún así, el gato se ha convertido en una de las mascotas más populares del mundo. Su convivencia con el ser humano es totalmente beneficiosa para ambos. Es un animal de compañía que no requiere de muchos cuidados, por lo que muchas personas adoptan uno.

Tiene hábitos de limpieza autosuficientes.

No necesita que lo bañen, como a los perros. De hecho, huyen del agua. ¡Cuántas veces se ha visto enchufar a un gato con una manguera, para espantarlo! Se asea con los lamidos de su lengua sobre su pelaje. Una gran ventaja para el dueño. Tampoco necesita tantas atenciones como un perro. Por ejemplo, no hace falta sacarlo a pasear para que haga sus necesidades. Y al ser un animal bastante independiente, no pide tanto afecto como otras mascotas. Pero, no nos confundamos: independencia no significa no sentir afecto y apego por su amo. En efecto, cuando es un cachorro, lo percibe como un sustituto de su madre. Es una primera muestra de amor. Otra forma de demostrar afecto a su dueño, es cazando. El gato es, instintivamente, cazador. Es capaz de capturar insectos, ratones y pequeños pájaros, pero raramente para comérselos en el caso del gato doméstico. Lo hace para dar un obsequio a la persona que lo cuida y lo quiere, como muestra de amor y gratitud. Es capaz de percibir si su dueño está enfermo, o si falta de casa por un tiempo largo por alguna causa. Por eso, también puede tener enfermedades psicológicas. Siente y padece, igualmente. No todo es instinto. Es un animal que pesa entre 2,5 y 7 kg. Su esperanza de vida es de 12 a 14 años. Lo curioso es que no va envejeciendo a medida que pasa el tiempo, como lo hacemos nosotros.

Su vejez es más bien, repentina y abrupta.

Llega, de repente, en el último año de su vida. La salud del animal decae, y desemboca en la muerte. Otra diferencia con el hombre, es que posee unos sentidos del olfato y del oído, altamente desarrollados. Es capaz de oler, antes que nadie, el humo de un fuego incipiente. Tanto es así, que en numerosas ocasiones ha salvado vidas humanas de la asfixia, al avisar a sus dueños de la presencia de fuego en el hogar. También posee una gran visión nocturna. De hecho, son grandes cazadores nocturnos. El gato es realmente un animal de compañía de fácil convivencia. Si necesita algo de su dueño, llama su atención con maullidos, el sonido típico del gato. Lo utiliza, ya sea para pedir alimento, o simplemente para saludar. En algunas ocasiones, puede significar sufrimiento. Por eso, aunque es una mascota bastante individualista, hay que estar pendiente de sus necesidades, o sufrimientos. Siempre le agradecerá su cariño y su atención, a su manera, eso sí.


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